Después de más o menos tres lustros en un segundo hogar llamado escuela llegó el momento más hermoso en la vida de un estudiante: despertar una mañana y no asistir más a clases, entregar tareas o repasar para los exámenes. El ciclo educativo había concluido, con diplomas, premios y círculos rojos en las boletas. La tesis en su versión 99 ya había sido aprobada por unanimidad. Y solo quedaba la llamada gloriosa para recoger el título universitario. El ciclo de aprender había terminado. Comenzaba una tarea que llevará el resto de la vida: desaprender.
El escritor y futurólogo Alvin Toffler sentenció que “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquéllos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”. Pero, ¿a qué se refería el autor de numerosas predicciones sobre el cambio tecnológico y la adaptación de las sociedades a la tecnología? En la interdisciplina de las ciencias sociales y científicas, Eduardo Punset sintetiza así: “como el poder de desestimar millones de ideas en las que un día creímos a pies juntillas”.
El aprendizaje es un proceso distinto al de antaño. Más que la capacidad de memorizar urge la habilidad de buscar, y adaptarse, a las diversas tecnologías, a las fuentes de información, y más recientemente, a maniobrar entre las fake news. Somos seres hiperconectados e hiperinformados. En un minuto se genera tanta información como se observa en la siguiente gráfica del 2017. Que es distinta a la siguiente, del 2012. Y si quieres saber más datos, te sugerimos esta fuente en tiempo real: http://www.worldometers.info/es/
Entonces, en el proceso de desaprender, ¿qué debemos aprender? Ante todo, la acción se trata de una elección y, en consecuencia, de un acto de libertad. ¿Qué conocimientos, qué creencias, qué prácticas de la profesión y hasta de la vida misma? La pregunta es honda en el agua y provoca ondas hacia la orilla.
“Nos sentimos libres porque nos falta el lenguaje necesario para articular nuestra falta de libertad”, refiere el filósofo contemporáneo Slavoj Žižek. Solamente recuerda que la práctica de desaprender hace al maestro. Así como aprendiste en la escuela, así es el proceso de desaprender. Serás tu propio maestro. Para animarte a la aventura, cito los versos del poeta Pablo Neruda:
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
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